Cuando sales para hacer el viaje con rumbo Itaca, debes de rezar para que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de conocimientos.

Que sean muchas madrugadas. Que entrarás en un Puerto que tus ojos ignoraban y vayas a ciudades para aprender de lo que saben.

Que tengas siempre en el corazón la idea de Itaca. Debes llegar allí, es tu destino, pero no fuerces la travesía. Es preferible que dure muchos años, que seas viejo cuando fondees la isla.

Ríe de todo lo que habrás ganado haciendo el camino, sin esperar que te den más riquezas. Itaca te ha brindado un buen viaje, sin ella no hubieses salido.

Y si la encuentras pobre, no es que Itaca te haya engañado. Sabio como bien te has hecho, sabrás lo que quieren decir las Itacas.